Qué bien te quedaba mi canción favorita en tus labios.
Mi risa en tus ojos
y tu mirada en mí.
Qué bien nos quedaba esa intensidad,
esas ganas de nosotros,
de vernos,
tenernos
conocernos.
Esas ganas de ser valientes.
Qué bien nos quedaba el sonreír
en lugar de reír,
el rotarnos la nariz.
El vivir.
Vivirnos...
Qué bien nos quedó
leernos,
dormirnos,
desayunarnos...
Y qué bien nos quedó....
Y ya.
¡Pero joder!
¡Qué bien!
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